Blog para jovenes de 10 a 100 años, con hambre de alimento eterno (Mateo 4:4)

jueves, 6 de noviembre de 2014

ES MOMENTO DE CRUZAR EL MAR ROJO

En la vida se presentan oportunidades únicas. A todos tarde o temprano les llega su momento. Muchas veces, descifrar o identificar cuándo es el instante correcto para hacer algo o atravesar una puerta no se nos hace fácil. La Biblia registra que hubo un momento en que Moisés y el pueblo de Israel tuvieron que actuar. Era el tiempo que tanto habían estado esperando, el momento indicado para conquistar su promesa. Habían vivido muchos años de esclavitud y cautiverio. Habían sufrido, pero también habían presenciado las señales que Dios había enviado para que entendieran que estaban muy cerca de obtener la liberación por la que tanto habían clamado.



Dios cumplía lo que había prometido y ya era el periodo que él había determinado para que salieran de Egipto. Por un momento sus corazones debieron temblar y sentir intimidación cuando vieron que en el justo momento en que iban a atravesar el Mar Rojo, les seguía nuevamente el ejército de Faraón. Esa escena debió ser algo increíble, creo que no hay película que logré describir perfectamente por más efectos que utilice lo que allí estaba pasando. Pero aunque esto estaba pasando, aunque tal vez el pueblo sentía temor y había preguntas en su mente, Dios ya había dicho una palabra y esa palabra sería cumplida sin importar la oposición que se levantara.



Hay ocasiones en las cuales estamos como aquel pueblo de Israel, frente al Mar Rojo, a pasos de conquistar nuestra bendición y promesa. Es entonces cuando el enemigo viene a tratar de sembrar el pánico y traer oposición para que nos paralicemos. Vemos detrás un ejército, las aguas del Mar Rojo de nuestras situaciones y problemas. Entonces observamos atrás y adelante y parece que nos encontramos entre la espada y la pared. Clamamos nuevamente ante Dios por ayuda. Le decimos como una vez exclamó Pedro: “sálvame que perezco”. Y Dios de alguna manera nos hace saber lo que le hizo saber a Moisés y al pueblo en aquella ocasión.
“No es el momento de clamar, es el momento de actuar. Ya has orado lo suficiente, pero ahora te toca poner la fe que dices tener en mí a prueba. Extiende tu vara para que veas como las aguas se abrirán y podrás pasar ese gran mar en seco”.




Hermano y hermana, el milagro está a punto de acontecer, no caminamos por vista, sino por fe porque hemos aprendido a conocer y a creer en el Dios al cual le servimos. Yo sé lo difícil que resulta, lo agotador que muchas veces puede ser. Pero cuando Dios va a hacer algo en nuestras vidas, nadie lo puede detener, excepto nosotros mismos. Entonces no seamos nosotros mismos los causantes de nuestras ruinas. Hoy más que nunca Dios quiere que atravieses el “Mar Rojo” de tus circunstancias, problemas, tristezas, enfermedades y males, porque cuando lo hagas vas a ver cosas grandes, vas a experimentar la gloria de Dios en tu vida cual nunca antes.


Aquel ejército que perseguía al pueblo de Israel quedó derrotado y en vergüenza. Yo creo que allí fue el momento donde comprendieron que con los hijos de Dios nadie se mete porque llega el momento en que Dios mismo pelea por ellos.

Por tanto no te quedes estático porque el mar este frente de ti y detrás vengan tus enemigos, reacciona y actúa, tus ojos verán lo que acontecerá.


-

Autora: Brendaliz Avilés




lunes, 20 de octubre de 2014

SOLO JESÚS LLENA ESE VACIO



Todas las personas intentan ponerle nombre. Con sus mejores intentos le han puesto: pareja, salud, riquezas, éxito laboral, auto del año, viajar por el mundo, tener un hijo/a, sexo desenfrenado, vanidad, espiritismo, encontrar la paz interior; en fin, encontrar la felicidad. Hablo de esa búsqueda incansable del ser humano por encontrar la trascendencia y llenar su vacío existencial. Millones de personas invierten sus vidas en buscar aquello que les sacie, no obstante parten a la tumba sin encontrarle.





Dicha búsqueda se acaba cuando aceptamos a Jesús en nuestros corazones. Él es con quien DIOS creó todas las cosas (en la Biblia Jesús es descrito como el Verbo Creador de todo), por lo que también sabe exactamente cómo funcionamos mejor y nuestro propósito.

Jesús arregla toda vida que esté descompuesta, solamente Él puede saciar el alma, es Él quien da verdadera libertad y llenura. Jesús es quien aumenta las capacidades y talentos de una persona cuando ésta vive su verdadero propósito.

Jesús echa fuera la depresión y ansiedad de cualquier persona, sin importar qué tan profundo haya caído ésta. Solamente Él tiene suficiente poder para hacer que una persona tenga un fresco y nuevo comienzo. Él tiene la autoridad para blanquear cualquier mancha de tinieblas en el alma. Jesús puede restaurar cualquier corazón con heridas, sin importar qué tan dolorosas y profundas sean éstas.




Si tú has buscado llenar esa vacío en tu vida y nada lo ha podido llenar, haz conmigo esta oración y sé saciado de Jesús:

“DIOS, reconozco que he pecado contra ti pero también Creo que Jesús pagó por todos mis pecados, que resucitó de los muertos y que es el Hijo de DIOS. Señor Jesús lávame con tu sangre preciosa, entra hoy en mi corazón y sé el Señor de mi vida. Envía a mí, Tu Santo Espíritu para que me ayude a hacer tu perfecta voluntad. Hazme verdaderamente libre, sacia mi vida y guíame a vivir tu propósito en mí. Oro esto en el nombre de Jesús, Amén.”


Autor: Richy Esparza

miércoles, 3 de septiembre de 2014

ME CANSE DE SER BUENO!

A veces pareciera que a los buenos les va mal y a los malos les va bien. Y es que a veces cuando proponemos buscar más de Dios, servirle más y someternos más a Él pareciera que todas las cosas malas se nos juntan y hacen destrozos en nuestra vida.






Por otro lado vemos a los que no les importa Dios o a los que viven de forma desordenada sin el mínimo interés de agradar en serio a Dios y miramos como la pasan bien y como no tienen problemas.

En ocasiones podemos sentirnos cansados de ser buenos, podemos sentirnos cansados de tratar de hacer las cosas bien y no ver resultados. Y es que no vamos a negar que a veces sentimos que en vano es tratar de ser bueno con todos y hacer las cosas bien, porque siempre nos va mal.

En la Biblia encontramos a un hombre que se canso por un momento de ser bueno al ver la prosperidad de los malos, su nombre Asaf, él dijo: “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.” Salmos 73:2-3 (Reina-Valera 1960). Este hombre estaba experimentando ese cansancio de ser bueno y no ver resultados, mientras tanto observaba a los malos y miraba como “les iba bien”.

Asaf sigue diciendo en el mismo Salmos 73:12-14 “He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas”. Sin duda Asaf había tratado de ser bueno mucho tiempo, sin embargo a cambio había recibido golpes de la vida.



Quizá muchos se identifican con Asaf, personalmente muchas veces me he identificado con este salmista, puesto que he tratado de hacer bien las cosas y no he visto resultados, por otro lado he visto a gente que no le importa lo que Dios piense sobre ellos y he visto como les ha ido bien. En momentos si no tenemos cuidado el comparar estas dos situaciones nos puede llevar a confundirnos y a perder el enfoque de nuestra vida y nuestra fe.

Recordemos que no tratamos de ser buenos para alcanzar una recompensa, pues solo lo hacemos porque Dios ya nos recompenso enviando a su Hijo a morir en nuestro lugar y por el cual ahora tenemos una vida eterna que no se obtiene a base de buenas obras, sino a base de fe, en creer en Jesucristo como Señor y Salvador.

Asaf estaba confundido y cansado de ser bueno y no ver resultados, sin embargo el mismo relata lo siguiente: “Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.” Salmos 73:17 (Reina-Valera 1960). Al entrar al santuario de Dios comprendió el fin de ellos, esto nos enseña que cuando nos sintamos cansados de ser buenos y no ver resultados lo que realmente necesitamos es entrar al santuario de Dios, es decir: Ir delante de la presencia de Dios (Oración), pues solo en Él podemos encontrar consuelo, paz y sobre todo fortaleza, solo Dios puede renovar nuestra mente, nuestros pensamientos y sentimientos.



Quizá estos días has estado meditando en regresar a tu antigua vida. Quizá has estado comparando los resultados en tu vida con los resultados de personas que no viven para Dios y has llegado a la conclusión que a ellos les va mejor que a ti. Sin embargo recuerda que todo en esta vida es vano y que tarde o temprano llegara el momento en el que demos cuentas a Dios de todo y es allí donde a ti y a mi por muy mal que nos haya ido tratando de ser buenos, recibiremos ese premio que Dios tiene preparado para nosotros, esa corona de vida que Dios tiene preparada para los que creímos y vivimos para Él.

Quizá estas pasando una crisis muy dura, sin embargo Dios no te ha dejado ni un momento, Él ha estado allí tomándote de la mano derecha y no te ha soltado. Por muy solo que te sientas la realidad es que no lo estás, Dios esta de tu lado.

Asaf también se confundió en momento determinado, pero también recordó lo Fiel y Bueno que Dios había sido con él, por eso dijo: “Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” Salmos 73:22-25 (Reina-Valera 1960).




Este Salmo hace que nos identifiquemos muy fácilmente con Asaf, puesto que a veces sentimos que en vano tratamos de hacer las cosas bien, sin embargo Dios nunca olvida tu esfuerzo, nunca olvida lo que haces para Él, y a pesar de estar pasando por desiertos largos en tu vida debes estar completamente seguro que Dios está de tu lado en cada segundo que vives.

Me quedo con estas palabras que Asaf pronuncio: “Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.” Salmos 73:26 (Reina-Valera 1960). En pocas palabras, aunque sienta que ya no tenga fuerzas y me sienta cansado de ser bueno y no ver resultados, mi roca es decir la base de mi fe será Dios para siempre.

Querido amigo, no desfallezcas, no te canses de hacer bien las cosas, al contrario síguelo intentando, sigue siendo bueno, porque a su tiempo vas a cosechar. La Biblia lo dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” Gálatas 6:9 (Reina-Valera 1960).

Hoy Dios quiere recordarte que tu esfuerzo no es en vano, que pronto segarás lo que has sembrado. Dios tiene muy buena memoria y el bien que has hecho será multiplicado en tu vida, por lo tanto ¡No te canses de ser bueno!


¡Dios es Juez Justo¡ ¡Nunca lo olvides!






Autor: Enrique Monterroza

jueves, 24 de julio de 2014

¡ TEN PACIENCIA Y FE !

“¿Por qué Dios tarda tanto en responder?”, es la pregunta que nos hacemos cuando nos encontramos en una situación en la que necesitamos una rápida respuesta de Dios. Y es que a veces quisiéramos recibir todo en el mismo momento que lo pedimos, a veces pareciera que quisiéramos que Dios trabajará solo para nosotros para respondernos lo que queremos y en el momento que “lo necesitamos”.






Una de las características que Dios quiere que tengamos es la paciencia, y es que es la paciencia la que nos ayuda a mantener la fe en que Dios ha de responder.

Cuando hablamos de paciencia, hablamos también de saber esperar, no precipitarse ni desesperarse, sino que mantener la calma aunque el panorama pinte mal y aunque las olas se levanten alto y azoten con fuerza nuestra barca. Cuando tenemos paciencia, siempre recibiremos una respuesta, esa respuesta que no será quizá en el momento que nosotros planeamos, pero sí en el momento que Dios planeó.

Dios maneja los tiempos y sus tiempos siempre son perfectos, él no se precipita basado en una circunstancia, ni mucho menos tiene prisa para actuar, él siempre se mueve en medio de la paciencia y según la fe de los que en él confían.

Cuando una persona tiene paciencia y fe tiene que estar seguro que recibirá una respuesta, eso sí, debemos también saber aceptar la respuesta que Dios nos regale puesto que el hecho de tener paciencia y fe no significa que siempre la respuesta será tal y como nosotros quisiéramos, a veces las respuesta de Dios requerirán de mucha madurez de nuestra parte para aceptarlas.





Quizá hoy te encuentres en un momento en donde te preguntas del porque Dios no te responde aún, yo te invitaría a seguir teniendo paciencia y fe, a no precipitarte, a no pronunciar palabras que denoten enojo o reclamo para Dios, nuestra tarea es seguir creyendo, la de Dios es actuar en el tiempo que él considere adecuado y nuestra actitud ante la respuesta de él tiene que ser respetuosa y llena de sometimiento porque entonces estaremos actuando de una manera agradable delante de Dios.


Que la desesperación provocada por la falta de respuesta no te lleve a tomar decisiones que a la largar te traerán consecuencias negativas, en su lugar sigue esperando, no permitas que las malas decisiones tomen el control de ese asunto, al contrario, sigue confiando en Dios y dependiendo de Él porque cuando haces eso tienes que estar seguro que sea cual fuere la respuesta será lo mejor para tu vida.


“Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijo en mí y oyó mi clamor.”
Salmos 40:1 

“Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.”
Salmos 27:14 



Autor: Enrique Monterroza


martes, 1 de julio de 2014

QUE LA ESPERA NO AGOTE TU FE


En ocasiones podemos llegar al punto en donde la espera para ver concretada aquella promesa que recibimos de parte de Dios se hace muy larga.

Todos aquellos que hemos recibido alguna promesa de parte de Dios podemos decir que el esperar a que se concrete no es fácil, más aun cuando vemos que el tiempo pasa y aquella respuesta que esperamos no llega y lejos de verse venir la vemos cada día mas lejos de cumplir.

Y es que la desesperación por ver concretada dicha promesa puede llevarnos a desesperarnos, a cansarnos o a simplemente renunciar a esa espera y olvidarnos de lo prometido.

Nuestra actitud frente a la espera muchas veces no es la correcta. Y es que la mayoría de nosotros quisiéramos ver respuestas instantáneas, rápidas, pero la realidad es que Dios trabaja en un tiempo perfecto suyo y no mío.

Cuando Dios te hace una promesa, Él la cumplirá, lo único que necesita de nosotros es que sigamos creyendo, pero el cansancio por la espera nos puede llevar a desistir o renunciar a recibir aquello que tanto anhelábamos.

La Biblia dice sobre Dios: “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19 (Reina-Valera 1960). En pocas palabras Dios cumple lo que promete.

Este mismo versículo en otra versión de la Biblia dice: “»¡Dios no es como nosotros! No dice mentira alguna ni cambia de parecer. Dios cumple lo que promete.” Números 23:19 (Traducción en lenguaje actual).

No dejes que el cansancio de la espera agote tu fe, no permitas que el tiempo que pase te haga creer que Dios ya no cumplirá lo prometido. Al contrario, sigue creyendo, aférrate a su Palabra y a la promesa de que él cumple lo que promete.

No importa cuanto tiempo pase, porque lo que si tienes que estar seguro es que Dios cumplirá en un tiempo el cual es perfecto como Él mismo.

Dios tiene los tiempos medidos, a Él no se le escapa detalle alguno y aunque muchas veces pensemos que se ha olvidado o a cambiado de parecer sobre una promesa en concreto, debes recapacitar y recordar que su memoria es perfecta y sus promesas se cumplirán tal y como las declaro.

¡Que la espera no agote tu fe! ¡Fortalece tu fe en su presencia! ¡Ve y búscalo!




Autor: Enrique Monterroza